sábado, 28 de septiembre de 2019

Kalambaka, a los pies




Kalambaka o Kalampaka (en su momento conocida como Stagoi) es una ciudad cuyo principal mérito consiste en ser la puerta de entrada al conjunto monástico de Meteora. El nombre de Kalambaka aparece tras la dominación turca. Es una pequeña localidad que se ha desarrollado en la margen izquierda del río Pineo y que vive casi exclusivamente del turismo que atrae Meteora. Las calles están plagadas de alojamientos hoteleros, restaurantes y tiendas de regalos. Desde la plaza se pueden apreciar perfectamente las espectaculares formaciones rocosas de Meteora y los monasterios en las cumbres. Un detalle curioso son las chimeneas de las casas, la mayor parte de las cuales rematadas en lo alto imitando los monasterios delas columnas rocosas de Meteora. Las únicas construcciones que presentan algo de encanto son las casas de la ciudad vieja, que se ubican prácticamente en la falda de la formación rocosa sobre la que se asientan los monasterios, con unos patios muy bien decorados.





A pesar de ser una localidad sin grandes encantos, en Kalambaka hay una iglesia bizantina muy interesante, además de la catedral. La Iglesia, dedicada a la Asunción de la Virgen es un monumento que parece haber sido construido durante la primera mitad del siglo XII, aunque algunos autores aseguran que podría ser del siglo VII, basándose fundamentalmente en el hecho de que el púlpito está situado en el centro de la nave principal. Es una iglesia digna de ser visitada. Tiene tres naves. En el centro de la principal se encuentra el majestuoso púlpito de mármol. Las paredes están profusamente decoradas con valiosos frescos de los siglos XII y XV, en muy buen estado de conservación. En cuanto a la catedral, moderna y muy remozada, no resulta especialmente atractiva exteriormente aunque evidencia una influencia bizantina y paleocristiana. Está dedicada a un santo local, el obispo Agios Vissarios.


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