
A los pies de la Acrópolis y a poca distancia se encuentra el Museo de la Acrópolis en el que, como apunta su nombre, se pueden apreciar gran parte de los restos que se han ido recuperando de la Acrópolis. No resulta exagerado suponer que las colecciones sobre el arte de la antigua Grecia que allí se encuentran son de las más valiosas del mundo. En sus tres plantas aloja auténticas joyas arqueológicas. Entre todas esas maravillas destacan especialmente el friso del Partenón y cinco de las Cariátides originales del Erecteión (la otra se encuentra en el British Museum, como sucede también con algunos fragmentos del friso del Partenón).
En la entrada del museo se pueden apreciar las ruinas de la antigua ciudad que fueron descubiertas durante las obras de la estación de metro cercana, obras que parecieron eternizarse debido a la gran cantidad de vestigios arqueológicos que fueron surgiendo a medida que avanzaban las perforaciones: restos de templos, casas, baños públicos, talleres de cerámica, pozos, tumbas...
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