Olimpia fue célebre desde la Antigüedad por haber sido aquí donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la historia. Los Juegos Olímpicos formaban parte de los Juegos Panhelénicos que tenían lugar en diferentes puntos de la Grecia Antigua (los otros eran los Juegos Píticos en Delfos, los Juegos Nemeos en Argos y los Juegos Ítsmicos en Corinto).
En la Antigua Grecia los Juegos eran algo más que un deporte o una competición. Había una componente cultural y religiosa importante. El culto al cuerpo, al espíritu y a los dioses eran algo esencial para los griegos. Algunas de las modalidades practicadas eran las carreras de carros, la lucha, el lanzamiento de jabalina o el lanzamiento de disco. En la mayoría de las competiciones los atletas eran hombres y participaban desnudos, por lo que el público era sólamente masculino.
Durante los Juegos estaban prohibidos todo tipo de combates en Grecia. Durante los Juegos se aparcaban las confrontaciones, se olvidaban las discrepancias y la tregua olímpica se asumía como algo necesario y obligatorio durante ese tiempo para permitir que los atletas pudiesen desplazarse con total seguridad desde sus respectivas polis hasta Olimpia. Y esa paz que reinaba durante los Juegos parece seguirse respirando todavía en Olimpia, en medio de una arboleda plagada de ruinas, que en su día fueron residencias de atletas, gimnasios y templos dedicados a los dioses.
En la actualidad, el fuego olímpico que preside cada Olimpiada se enciende en el Santuario de Olimpia cada cuatro años (se sigue haciendo utilizando los rayos del sol para encender la llama) y desde allí se traslada hasta la ciudad en la que se van a celebrar los Juegos Olímpicos ese año, después de pasearse por toda Grecia.
Columna dórica entre las ruinas del Templo de Zeus |
De aquel extraordinario complejo de Olimpia, las ruinas del Templo de Zeus acaparan la atención por su significado. El templo alojaba una gigantesca estatua del dios Zeus, que fue una de las siete maravillas del mundo antiguo. No se conserva en pie prácticamente nada del monumento original pero en el museo de Olimpia se pueden ver las esculturas de los frontones del antiguo templo.
Ruinas del templo de Hera |
Otro de los lugares interesantes por ser el eje de las instalaciones de Olimpia, es el Estadio Olímpico, un gran recinto para el espectáculo, sin asientos, del que únicamente permanecen los restos del edificio en el que se ubicaban los jueces y la línea de llegada.
Y por su importancia hay que detenerse en el templo de Hera, ya que sigue formando parte de Juegos Olímpicos en la actualidad. Entre las columnas que permanecen en pie se lleva a cabo la ceremonia del acto simbólico que conlleva el encendido del sagrado fuego olímpico. Unas sacerdotisas utilizan un espejo cóncavo para concentrar los rayos solares y poder encender así la llama olímpica que de mano en mano llegará hasta el pebetero del estadio olímpico que albergará los juegos.